Terapia regenerativa “factores de crecimiento”

El tratamiento de las lesiones musculares, tendinosas y articulares del aparato locomotor, tanto deportivas como degenerativas (artrosis) ha experimentado un notable avance con la incorporación al arsenal terapéutico tradicional de la Traumatología y Cirugía Ortopédica (medicamentos, ortesis, fisioterapia, infiltraciones, cirugía, etc) del Plasma enriquecido o Plasma Rico en Factores de Crecimiento (PRGF, Plasma Rich in Growth Factors),  una novedosa y eficaz técnica de regeneración celular que  acelera la curación.En el PRGF se encuentran los llamados Factores de Crecimiento Plaquetario, unas proteínas con un papel clave dentro del proceso de reparación y regeneración de los tejidos, cuya aplicación estimula y acelera los procesos de cicatrización y regeneración de la mayoría de los tejidos que componen nuestro organismo. Dichos factores de crecimiento (FC) están localizados tanto en el interior de las plaquetas como en el plasma sanguíneo.

¿Por qué se utilizan los FC?

Toda lesión conlleva un proceso de reparación tisular, que se denomina cicatrización y precisa de una regeneración y reordenación de los tejidos dañados. Los FC acortan los plazos de dicha recuperación y logran una mejor regeneración de los tejidos.

¿Cómo actúan los FC?

Las plaquetas se producen en la medula ósea y se transportan libremente en la sangre en un estado inactivo. Cuando ocurre una lesión en el cuerpo, las plaquetas se activan y se transportan hasta el lugar de la lesión donde liberan proteínas benéficas que son los llamados factores de crecimiento. Estos provocan la proliferación de fibroblastos (células que ayudan a cicatrizar), aumentan la síntesis de colágeno y ayudan a la formación de nuevos vasos sanguíneos, entre otras acciones. En definitiva, estimulan el proceso de cicatrización.

¿Cómo se obtienen los FC?

Al estar presente en las plaquetas, los FC se obtienen de la sangre del propio paciente. Como en cualquier análisis de sangre, se punciona una vena del brazo para extraer un pequeño volumen de sangre al paciente (entre 10 y 20 ml) usando una pequeña aguja y una doble jeringa especialmente diseñada, que se somete a centrifugado en un aparato específico para esta técnica. De esta forma, se separan los tres componentes básicos de la sangre:

  1. Plasma pobre en plaquetas
  2. Plasma con un número de plaquetas similar a la sangre
  3. Plasma rico en plaquetas y factores de crecimiento obtenido, que es el que se utiliza inyectándolo en el área del cuerpo afectada utilizando la jeringa interna del dispositivo. Este novedoso sistema de doble jeringa garantiza la obtención e inyección estéril de los factores de crecimiento y por tanto la máxima seguridad.

¿Cuántas infiltraciones deben realizarse?

Depende de la lesión, pero suelen realizarse entre dos y tres infiltraciones en intervalos de una semana o quincena, dependiendo del proceso.

¿Qué ventajas ofrece el tratamiento con FC?

Al tratarse de un producto autógeno (que procede del mismo individuo), no existe posibilidad de transmisión de enfermedades ni de reacciones alérgicas. Posee además propiedades antiinflamatorias y bactericidas que reducen al mínimo el riesgo de infección.

¿En qué casos está indicado el tratamiento con FC?

El PRGF puede contribuir a la curación de la mayoría de las lesiones del aparato locomotor, los ligamentos y los tendones, aunque también en las lesiones musculares e inflamaciones tendinosas (tendinitis). Asimismo, muchas lesiones deportivas de la articulación también pueden tratarse de forma efectiva con FC y, con ello, ejercitarse mejor con la fisioterapia.

También se está utilizando con buenos resultados en el tratamiento de la enfermedad articular degenerativa por desgaste del cartílago (artrosis), con mejoras significativas en el dolor y la movilidad. Actualmente el tratamiento está recomendado sobre todo en casos de artrosis dolorosa leve y moderada.

Las indicaciones más frecuentes son las siguientes:

1.- Patología tendinosa

  • Tendinitis del hombro (supraespinoso, etc)
  •  Epicondilitis (codo de tenis).
  • Epitrocleitis (codo de golf).
  •  Tendinitis de glúteo medio, bursitis trocantérea, trocanteritis.
  • Tendinitis rotuliana.
  • Tendinitis aquilea.
  • Otras tendinitis rebeldes a tratamiento habitual.

2.- Patología ligamentosa y fascial

  •  Esguinces de los ligamentos laterales de la rodilla.
  • Esguinces de tobillo.
  • Fascitis plantar, espolón calcáneo.

3.-Patología muscular

  • Roturas fibrilares agudas.
  • Roturas tendinosas y musculares.

4.- Patología articular

  • Artrosis: rodilla, tobillo, hombro, etc.
  • Condropatía rotuliana.

En la patología articular degenerativa (artrosis o desgaste del cartílago) el tratamiento es más efectivo si se aplica en fases tempranas de la enfermedad y no está indicado en casos muy avanzados en los que el cartílago prácticamente ha desaparecido. La valoración del daño cartilaginoso se realiza indirectamente, por técnicas de imagen (radiografía, TAC, resonancia magnética) o directamente a través de artroscopia.

En resumen, el tratamiento con plasma rico en factores de crecimiento supone un novedoso avance en el tratamiento de lesiones músculoesqueléticas traumáticas, deportivas y degenerativas mediante un procedimiento ambulatorio rápido y seguro. Al extraerse de la propia sangre del paciente, lo que hace el traumatólogo utilizando esta técnica es aprovechar el potencial curativo del propio cuerpo para acelerar la cicatrización y regeneración de muchas lesiones de su aparato locomotor.

Descripción del procedimiento

El proceso consta de tres fases:

  1. Extracción de una pequeña cantidad de sangre (10 cc) del paciente de una vena del codo, similar a las extracciones para realizar análisis.
  2. Centrifugado de la sangre durante 5 minutos para separar el plasma rico en factores de crecimiento.
  3. Inyección del plasma enriquecido en la zona lesionada. Un sistema de doble jeringa permite aspirar únicamente el plasma que contiene los factores de crecimiento (fracción clara)

El proceso dura aproximadamente 20 minutos y puede realizarse de modo ambulatorio en la consulta o, como muestra la fotografía, en el quirófano, como complemento a la cirugía (una rotura espontánea del tendón de Aquiles en este caso).

La pauta habitual de administración es de tres infiltraciones separadas por una semana, y dependiendo de las necesidades puede repetirse al cabo de unos meses o al año.

En ARTROS TRAUMATÓLOGOS utilizamos este tratamiento tanto en patología articular degenerativa (artrosis) como deportiva (lesiones tendinosas, musculares, ligamentosas, etc) con excelentes resultados.

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