Cirugía Endoscópica

Podemos definir Cirugía Mínimamente Invasiva (CMI) como el conjunto de técnicas diagnósticas y terapéuticas que por visión directa, o endoscópica, o por otras técnicas de imagen, utiliza vías naturales o mínimos abordajes para introducir herramientas y actuar en diferentes partes del cuerpo humano.

Aunque existen referencias previas, algunas con carácter anecdótico, es a partir de los años ochenta cuando este tipo de cirugía vive su verdadero desarrollo y comienza su expansión. La rapidez con la que se ha desarrollado esta técnica no tiene precedentes en la historia de la cirugía.

La Cirugía Mínimamente Invasiva es un concepto global que enmarca hoy en día a casi todas las disciplinas médicas (cirugía torácica, pediátrica, ginecología, urología, traumatología, plástica, ortopédica, cardiaca y vascular, neurocirugía y ORL) y técnicas (esta incluye a la endoscopia, cirugía laparoscópica y percutánea).

Probablemente ningún otro progreso ha causado tanto impacto en la comunidad quirúrgica como el desarrollo de la Cirugía Mínimamente Invasiva respecto a la cirugía convencional. Este cambio revolucionario está siendo posible gracias al continuo desarrollo de la tecnología endoscópica así como a la innovación y perfeccionamiento de técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas. Es fundamental la concienciación y entrenamiento que están experimentando todos los recursos humanos implicados (cirujanos, ayudantes, anestesistas, enfermeros instrumentistas y circulantes) y el cambio de mentalidad del paciente que exige de forma creciente el desarrollo de tecnologías que repercutan en una mejora de su calidad de vida.

La CMI exige de los profesionales médicos que utilizan estos métodos más complejos que los tradicionales, la adquisición de nuevas habilidades y conocimientos, no incluidos muchas veces en los sistemas formativos actuales, cuya curva de aprendizaje es más lenta.

El imparable desarrollo de estas técnicas quirúrgicas endoscópicas supone también un reto para la gestión de recursos de los proveedores y financiadores de salud, tanto privados como públicos, por las elevadas inversiones en equipamientos y material fungible que requieren.

La palabra “endoscopia” procede del griego y significa “mirar  el interior”. Dependiendo de la parte del cuerpo donde se haga, la técnica recibe diferentes nombres de la misma etimología (laparoscopia = mirar dentro del vientre, gastroscopia = del estómago, “otoscopia” = del oído o “artroscopia” = de una articulación). Desde el punto de vista general podemos clasificar la Cirugía Mínimamente Invasiva en dos grupos, según el espacio anatómico donde es aplicada:

  • Cirugía endoluminal, cuando se actúa en el interior de un conducto anatómico como el úterovaginal, el oído, el tubo digestivo, las vías urinarias o respiratorias, los vasos sanguíneos, etc.
  • Cirugía endocavitaria: cuando se actúa en el interior de una cavidad del organismo, como el tórax, el abdomen o las articulaciones (artroscopia).

En la especialidad de Cirugía Ortopédica y Traumatología las intervenciones mínimamente invasivas pueden ser de dos tipos:

Cirugía artroscópica: al igual que en las demás técnicas endoscópicas, a través de una pequeña incisión en la piel (1 cm) se abre un portal óptico por donde se introduce una microcámara de video dotada de una fuente de luz fría que ilumina el interior de la articulación, previamente privada de sangrado gracias a un torniquete neumático y dilatada con suero. El cirujano examina con nitidez el interior de la articulación en imágenes ampliadas a color en un monitor y una vez identificado el daño, a través de otra u otras incisiones similares o portales instrumentales se introducen los instrumentos necesarios para  repararlo.
Cirugía de mínimo abordaje: a través de pequeñas incisiones o incluso de punciones como en el abordaje percutáneo, se realizan intervenciones óseas o de partes blandas bajo visión directa (en ocasiones con ayuda de gafas-lupa) o guiada a través de medios de diagnóstico por la imagen como el ecógrafo, el fluoroscopio o el intensificador de imágenes.

Indicaciones

La cirugía artroscópica se emplea para el diagnóstico (artroscopia diagnóstica) y en el tratamiento quirúrgico de lesiones ocurridas en el interior de las articulaciones. Las indicaciones más frecuentemente utilizadas en la práctica son:

  • Hombro: lesiones del manguito rotador (roturas o calcificaciones del tendón supraespinoso), síndrome de compresión subacromial y lesiones del labrum glenoideo causantes de inestabilidad (episodios de luxación).
  • Codo: rigidez postraumática, cuerpos libres articulares.
  • Muñeca: lesiones del fibrocartílago triangular y del ligamento escafolunar, lesiones cartilaginosas, sinovitis, extracción de cuerpos libres.
  • Cadera: choque acetabular, lesiones del labrum acetabular.
  • Rodilla: roturas de los meniscos y del ligamento cruzado anterior, lesiones del cartílago articular, sinovitis, cuerpos libres, desalineación rotuliana.
  • Tobillo: rigidez postraumática, sinovitis y cuerpos libres, pinzamiento anterior (impingement)

 

La cirugía de mínimo abordaje no endoscópico se utiliza en el tratamiento de numerosas afecciones y lesiones del aparato locomotor:

  • Fracturas óseas: osteosíntesis con enclavado intramedular, atornillado percutáneo, fijación con agujas, etc.
  • Hernia discal y estenosis lumbar
  • Atrapamientos nerviosos: Síndromes del túnel carpiano (mano), tarsiano (tobillo) y cubital (codo), etc.
  • Tendinitis: dedos en resorte (mano) o en garra (pie)
  • Cirugía percutánea del antepié (CPA): tratamiento de hallux valgus (juanetes), metatarsalgias y deformidades de los dedos del pie.

Ventajas

La práctica de la Cirugía Mínimamente Invasiva presenta una serie de ventajas generales relacionadas con la técnica y aplicables a cualquier procedimiento. En general, todos los procedimientos se encuentran apoyados en la reducción de la morbilidad postoperatoria secundaria y en la disminución de la respuesta fisiológica a la agresión quirúrgica.
De una forma resumida las ventajas de este tipo de cirugía se pueden apoyar en los siguientes puntos:

  • Reducción de la respuesta inflamatoria sistémica asociada con la cirugía, y mejoría en la respuesta inmunológica.
  • Disminución del dolor postoperatorio debido fundamentalmente a la ausencia de incisiones quirúrgicas importantes y a la reducción del trauma en los tejidos sanos.
  • Menores complicaciones en la herida quirúrgica. Las heridas tienen diámetros menores por lo que cicatrizan rápidamente y rara vez presentan complicaciones importantes. Además, es importante destacar el factor “estético” que conllevan estas mini-incisiones.
  • Disminución del postoperatorio y estancia en el hospital. En consecuencia, se reducen de forma significativa las infecciones intrahospitalarias, los costes asociados y las listas de espera.
  • Evitación de la anestesia general en beneficio de técnicas anestésicas locales o regionales.
  • Rápida reinserción a la vida familiar, laboral y social.

Los cirujanos ortopédicos de ARTROS TRAUMATÓLOGOS poseen una dilatada experiencia en todas las técnicas quirúrgicas artroscópicas y mínimamente invasivas anteriormente descritas.

 

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Síndrome del túnel carpiano

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