El 22 de septiembre pasado la doctora Mª Victoria Martínez Galarreta participó en un curso avanzado de ligamento escafolunar en cadáver, dirigido por el Dr. Fernando Corella en el Hospital Infanta Leonor de Pozuelo de Alarcón.
La muñeca es una de las articulaciones más complejas de nuestro aparato locomotor. Está formada por los extremos de los dos huesos del antebrazo —cúbito y radio— y por los ocho huesos del carpo, organizados en dos hileras.
De estos huesecillos carpianos, el escafoides y el semilunar destacan por desempeñar un papel fundamental tanto en la cinemática (movilidad) como en la cinética (transmisión de cargas) articulares.
Los huesos mantienen su posición y sus relaciones gracias a un rico y complejo sistema de ligamentos, anatómicamente divididos en extrínsecos, que fijan los extremos óseos del antebrazo con los huesos carpianos, e intrínsecos, que mantienen unidos a estos últimos entre sí. A su vez, entre los ligamentos intrínsecos se distinguen los intercarpianos, que unen a varios huesos, y los interósos, que sólo unen dos.
El escafoides y el semilunar están fijados por dos ligamentos escafolunares, dorsal y palmar, muy importantes en la clínica por su frecuente lesión aislada, a diferencia de los demás.
El ligamento escafolunar o escafosemilunar (LES) puede lesionarse como consecuencia de un movimiento brusco y forzado de la muñeca, o por caída sobre la mano extendida. La lesión puede acompañar a fracturas óseas o ser aislada, y en este caso el diagnóstico puede pasar inadvertido en el primer reconocimiento de la muñeca lesionada. En tal caso, una rotura del LES no tratada producirá una inestabilidad denominada disociativa, clínicamente manifestada por dolor y pérdida de fuerza que caracterizan a una situación popularmente conocida como «muñeca abierta». La pérdida de la relación de ambos pequeños huesos, además, provocará a la larga una desestructuración de la muñeca causante de dolor crónico, rigidez (pérdida de movilidad) y, en definitiva, incapacidad no sólo laboral sino incluso para desempeñar tareas de la vida diaria.
El diagnóstico de esta disociación escafolunar (DEL) se establece mediante la anamnesis (interrogatorio), el examen físico de la muñeca y las pruebas complementarias de imagen. Las radiografías convencionales continúan siendo un excelente medio diagnóstico por la imagen de la lesión, que ofrece el característico «signo de Terry Thomas»: el aumento del espacio entre el escafoides y el semilunar como consecun ia de la rotura de los anclajes ligamentosos que los mantenían unidos, recuerda al diastema (separación de los incisivos superiores) de aquel actor cómico inglés.
Cuando esta lesión se diagnostica pronto (idealmente en la primera semana) es posible repararla mediante fijación transósea y sutura quirúrgica de los ligamentos rotos. Pero si el diagnóstico se realiza tardíamente no es posible suturarlos y existen diversas técnicas quirúrgicas de tratamiento, la más anatómica de las cuales es la creación de un nuevo ligamento a partir de estructuras vecinas (hueso, tendón) o ligamentoplastia, que se realiza a través de cirugía mínimamente invasiva endoscópica (artroscopia). Esta técnica el tema de la tesis doctoral del director de este curso, Dr. Corella.
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